lunes, 8 de abril de 2013

Habilitado el canal con videos sobre Cuarto Camino de la Escuela Argos

Los videos que se irán subiendo serán de diversos temas sobre Cuarto Camino: La Escuela de Cuarto Camino, Los Yoes, Las emociones Negativas, La consideración interna, etc, etc.

miércoles, 27 de febrero de 2013

Principios del Cuarto Camino II

NUEVO LIBRO ¿Quiénes somos? ¿Por qué metemos la pata una y otra vez significativa-mente de la misma manera? ¿Por qué nos atribuimos decisiones, cuando algo en nosotros (una particularidad, un desarreglo hormonal, un cambio de temperatura, un recuerdo, etc.) decide por el todo (por todo nosotros mismos)? A mayor desorden psicológico, más metidas de patas. Si estamos con yoes emocionales aleatorios, lo más probable es que se nos caigan las cosas de las manos, quememos las tostadas, olvidemos la llave puesta en la puerta, dejemos la plancha enchufada, no recordemos cargar combustible en el auto, etc. El Trabajo de la posible evolución es viable aunque no sencillo. Si elegimos no utilizar el derecho a evolucionar no pasará nada. Todo seguirá igual, de la única manera en que puede suceder. Si no hacemos nada, nada evoluciona. Nuestro ser, en la situación en la que nos encontramos, siempre atraerá la misma forma de vida, la misma forma de ver al mundo, los mismos eventos en cuanto a significado. ¿A quién se le puede ocurrir, en la vida mecánica, que hay que evolucionar para "atraer" otra forma de "vida"? ¿A quién se le puede ocurrir, en la vida mecánica, que las cosas no cambian sólo cambia la actitud hacia las circunstancias? Por más que los eventos cambien nuestro ser tiende a permanecer estancado. El ser es quien debe funcionar como titiritero de nuestra vida y para ello es necesario crearse una vida adaptable, en tiempo real, para crecer bajo condiciones de Escuela. Sobre el Autor: Claudio Alejandro Moraga Flores Sus estudios de Cuarto Camino comenzaron a los 17 años. Luego de haber experimentado este conocimiento en sí mismo decide transmitir y enseñar el Trabajo, desde entonces se ha dedicado a la docencia y a la formación de instructores. Ha dictado charlas, seminarios y cursos; realizado programas de radio, entrevistas televisivas, participado en publicaciones de difusión y escrito libros con el objetivo de acercar a las personas esta enseñanza integradora. En el presente libro, el autor profundiza de manera empírica y actualizada muchos de los conceptos del Cuarto Camino. Y constituye un texto indispensable para quienes se adentran en un camino de evolución interior. Donde adquirirlo: escuela@centroargos.com.ar

viernes, 12 de diciembre de 2008

Quienes somos


Somos un grupo de personas que apostamos a la calidad de vida. Nuestra meta es el crecimiento interior a través del desarrollo cultural, utilizando diversas metodologías del conocimiento alternativo como complemento al que nuestra cultura nos ofrece.

Feng Shui, Yoga, naturismo, Cuarto Camino, Astrología, Autoconocimiento, ecología, calidad en salud, entre otras; complementan y forman parte de nuestro cotidiano vivir.

Esta actitud y forma de vida nos ha dado excelentes resultados en el quehacer diario. Estamos convencidos, por vivencia propia, que cualquier enfoque que nos ayude a estar mejor debemos aprehenderlo y compartirlo, siempre y cuando sus resultados se vean reflejados en el cotidiano vivir. ¿De qué sirve aprehender algo si solo queda en el plano de la fantasía?

Por creer que lo constructivo debe compartirse, realizamos distintas actividades de difusión: charlas, seminarios, conferencias, cursos, carreras, entrevistas para medios de comunicación, esta página Web y la revista Mente Abierta, desde hace 17 años.


Ha sido un gusto. Que tengas un excelente día.

Centro Argos, Escuela para el crecimiento personal.

Director Claudio A. Moraga F.

miércoles, 4 de julio de 2007

"Avivarse" y obrar inmediatamente en consecuencia

Me encanta compartir información e incentivar la lectura como hábito, pero soy una persona práctica. Obro en función de lo que me doy cuenta más de lo que en sí conozco (información). Por ejemplo si observo que determinada comida me hace mal, inmediatamente rectifico la octava y comienzo un ejercicio. No me digo, "bueno esta es la última vez, la próxima haré lo correcto". Obrar por haberse dado cuenta por observación y recuerdo de sí, es a lo que nos invita el Trabajo. No por fe (con minúscula), creencia mecánica o por que lo leí en algún lado, independientemente de que sea un libro del trabajo. Hay que obrar por HABERSE DADO CUENTA, por DESPERTAR.

Si por ejemplo hoy me doy cuenta de algo, pero no me es útil, lo escribo en mi cuaderno de bitácora de trabajo interior, luego cuando llegue el momento de usarlo no recurriré a mi lógica mecánica o de aparato formatorio, sino me apoyaré en el "despertar" que tuve otrora. Eso es obrar por Fe. Obrar desde un haberse dado cuenta concientemente y no desde lo mecánico, desde lo que se conoce, desde la lógica de los “yoes” del momento.

Trataré de ser menos Técnico, paciencia, gracias. por ejemplo si me doy cuenta por observación y recuerdo de sí, que cada vez que salgo de casa tengo "la sensación" que me olvido de algo, y hasta he vuelto más de una vez a verificar el gas, la plancha, la computadora (Aquí en Argentina es "mujer"). Bien, ¿captan la situación? Sigamos, la noche anterior por recuerdo de sí "se prende la lámpara" de lo que sucede cada mañana obro inmediatamente en consecuencia. Preparo el bolso, la ropa, etc y mañana no tendré la recurrencia de siempre hacer y sentir lo mismo y hasta de perder el tiempo precioso de volver y volver a salir ¿conocen está situación? Evito errores y resto dificultades. Porque obro desde el recuerdo de si, "intelectualmente" se que siempre me pasa lo mismo, pero nunca pude obrar en consecuencia, salvo pocas situaciones, y terminaba haciendo lo mismo con el tiempo. En cambio el recuerdo de sí da una fuerza interior particular que pone en STOP a la máquina y NOS permite OBRAR EN CONSECUENCIA. Independientemente de lo que la MÁQUINA quiera hacer. Y esto es la VERDADERA FE (desde el Cuarto Camino), obrar por un nivel de conciencia superior. POR UN DARSE CUENTA. A los que les interese el tema de la Fe les recomiendo que lean el Nuevo Hombre de Nicoll. Suerte y un abrazo para todos desde Buenos Aires Argentina. Claudio Moraga Flores.

Otra "definición" liviana de Cuarto Camino

No nos podremos hacer una somera idea de lo que trata el trabajo (Cuarto Camino), hasta pasados unos cuantos años. La forma lenta o rápida en la que nos afectan algunas de las ideas del trabajo son tan particulares que si diez personas hablaran de cómo llegaron a darse cuenta de algo, seguramente nos parecería que han seguido caminos muy diferentes. Lo maravilloso del trabajo, es que si le damos tiempo, lo alimentamos, lo hacemos nuestro, nos devolverá una forma de vida interior incomparable. Con justa razón diríamos: La verdad, no se donde termina este Trabajo, pero de una cosa estoy seguro, sin el no se por donde ir, y sin el no hay vida.

Es maravilloso comenzar a vivir nuestras experiencias por nosotros mismos. A vivir lo que queremos, no ha vivir lo que nos sucede, o lo que tendemos a repetir por recurrencia. El sabor de darse cuenta de algo, el caer a una idea del Trabajo, produce modificaciones alquímicas en nosotros.

Recuerdo la primera vez que tuve contacto con una palabra del trabajo, “yoes”. Me resulto tan significativa que rápidamente se desparramo por toda la mente. Mucho tiempo después, me di cuenta que esta palabra “yoes” había pasado por un proceso que me era conocido, el proceso del sembrador, tal vez lo hayan leído en la Biblia.

Así fue, la palabra yoes cayó en distintos suelos psicológicos, en distintos niveles. Recuerdo como justificaba despectivamente a las personas usando un lenguaje, al que “no todos los mortales” tenían acceso. Por ejemplo decía: “otra vez mi madre con esos yoes de mierda, ordenándome que hiciera tal y cual cosa”. Todos tenían yoes de mierda, menos “yo”, por su puesto. Cada vez que podía usaba la palabra y daba “clases a cerca de su significado”, claro, estaba más allá “del bien y del mal”. Las personas se debían correr cuando “yo” caminaba por la vereda, no tenían ni idea quien era “yo”, y los poderosos conocimientos que poseía.

Por otro lado, la palabra “yoes” me hirió de una manera totalmente diferente. Me permitió separarme, de no verme como una totalidad, sino como una fragmentación. De todas maneras, me venía muy bien la palabra “yoes” para justificar mi falta de tino. “no he sido yo, sino un yo de turno, uno de los tantos yoes, que está maldita cultura y formación familiar han impuesto en mí”. No ha sido mi culpa, son estos “yoes” que no tienen nada que ver conmigo.

De tanto en tanto, la palabra “yoes” tomaba un significado especial, me permitía verme imparcialmente, sin justificarme, sin culparme, verme. A ver cuando miro, a oír cuando escucho. Fue impactante observar como esta palabra comenzaba a modificarme, a ver al mundo de otra manera, a liberarme. Al ir dándome cuenta que estos “yoes” tienen un poder asombroso sobre nosotros, deje de culpar, deje de ver que las personas hacían las cosas a propósito, aunque las planearan. No importaba cuan elaborada fuera mi respuesta o las de otras personas, la mayoría de las veces eran los “yoes”. Por primera vez en mi vida, comencé a perdonar. A perdonar con libertad, no a perdonar por negociación, para así también perdonarme cosas personales, más adelante. Sino a PERDONAR. Hasta antes de conocer el significado de la palabra “yoes”, perdonaba por obligación, porque me habían enseñado a perdonar, porque “había que perdonar”, no importaba mucho si no comprendía porque. Pero con esta simple palabra “yoes”, algo en mi comenzó a perdonar no en evento, sino en estado, algo en mi (vida emocional) comenzó a perdonar sin pedir nada a cambio, sin cobrar, pero con conocimiento de causa.

Poco a poco los significados superficiales que aportaban los subproductos de la digestión del concepto de “yoes”, comenzó a abandonarme. La superficialidad, no podía contra semejante poder transformador de esta palabra. Mientras más veía en mí los “yoes” mientras más veía en los demás los “yoes”, menos usaba la palabra. Lentamente se produjo un reordenamiento en la mente, lentamente comencé a pensar con la palabra, comencé a sentir desde la palabra, a obrar desde la palabra. Comencé a tener un atisbo de lo que era vivir desde otro punto de vista. Esta palabra fue, la que despertó mi centro magnético, está palabra me conecto con el trabajo, despertó una curiosidad, “un no se qué”.

No tenía problemas espirituales, problemas de comportamiento, contradicciones, problemas de conducta, fracasos en la vida o pareja, etc., contaba con 17 años (corría el año 1986). No tenía nada que justificara que hiciera este trabajo. Ni siquiera había hecho turismo espiritual, jamás había leído algo de cuarto camino ni sus derivados. Pero estaba aquí.

El centro magnético me trajo en esta dirección. Al principio todo caía al “costado del camino”, el proceso que se dio en un comienzo con la palabra yoes” se dio con todos los otros conceptos. Solo el tiempo, la práctica, el estudio metódico, el grupo, la contención de las ideas de Escuela, los conceptos comenzaban a caer tímidamente en tierra fértil. Hoy, agosto de 2006, 20 años después, estamos más avivados.

Cuando comencé el trabajo de docente del sistema vi “n” intenciones con las que se acercaban las personas a la Escuela, algunos buscaban un “maestro”, como si se pudiera reconocer por la ropa que llevara puesta, otros buscaban algo que les funcionara de “terapia”, otros querían un orden en su vida, otros se habían cansado de hacer “turismo espiritual”, otros habían leído algo, otros querían un crecimiento personal, otros querían conocimiento e información “esotérica”, otros querían un grupo para hacer amistades o buscar pareja, otros por que se sintieron convencidos por alguien que ya estaba en la Escuela, otros que estaban en otra “escuela” y venían a espiar, otros transfiriendo un padre o una madre en una institución, otros “querían hacer algo” con su vida, porque les interesó el nombre de la Escuela, porque vieron una publicidad, porque leyeron nuestra revista Mente Abierta, porque el médico los mandó ha hacer algo para bajar el estrés, porque nos les funcionó el psicólogo, la necesidad de conocerse, el saber como funcionan las personas, para superar los problemas en general, etc., etc. en fin, cualquier cosa menos lo que uno realmente descubre después de estar trabajando con las ideas del Trabajo.

Uno de los “ganchos” del trabajo es el efecto real que tiene sobre las cosas cotidianas, de lo terapéutico que puede llegar a ser. Estro es importante, toda enseñanza esotérica o espiritual, tiene que rendir sus frutos y verse reflejado en la vida cotidiana que cada uno tiene. Este trabajo tiene no mucho sino, muchísimo de esto, de practicidad y de “efectos colaterales” positivos.

Pueden pasar muchos años hasta que nos damos cuenta que es un Trabajo destinado al desarrollo de la conciencia, del despertar, de dejar de ser una máquina. Pero mientras tanto, sea cual sea el tiempo que duremos en la Escuela, vamos a obtener algo constructivo y verificable en el diario vivir. Como decía Gurdjieff “cuanto más dinero tengamos, podremos comprar un boleto que nos lleve más lejos”, cuanto más se invierte en el Trabajo de Escuela, más obtendremos, no solo en cantidad, que ya es bastante, sino en logros anímicos que son impagables.

Este trabajo afecta a quien piensa con él, a quien siente con él, a quién obra con el. Les puedo asegurar que es muy diferente a la vida mecánica cotidiana que: piensa por uno, siente por uno y actúa a través de uno, como si fuéramos títeres. Nos ponemos contentos en la vida mecánica no cuando queremos, sino cuando “nos animan la fiesta” cuando sucede algo “que lo justifica”. ¿Podemos llamar a esto emociones personales verdaderas? Y ¿qué de nuestra formación cultural? ¿Y qué de nuestra vida de relación? Les parece que estando en la vida mecánica, tenemos vida verdadera. Tal vez en un principio no nos demos cuenta “con todas las células”, pero podemos tener un acercamiento intelectual que puede ser la vela que comience a iluminar un camino.

Este Trabajo no promete nada, porque todo lo que obtendremos de el es el resultado de nuestra aplicación. Aquí no hay imposición de manos, no hay creencias, no hay zanahoria para el burro, no hay soplo divino, no hay “endulzamiento de la píldora”, no hay papa ni mamá, no hay premios ni regalos, no hay mantrams, no hay nada en la vida mecánica que justifique hacer el esfuerzo por despèrtar. Lo que hacemos no se parece a nada. Aquí hay trabajo y más trabajo. Solo aquellos que se dan cuenta que la vida no es fácil y que todo merece un esfuerzo, pueden apreciar lo que significa luchar y trabajar por algo. Pero esto también hay que aprenderlo o por lo menos reenfocarlo con las ideas del Cuarto Camino.

Ha pasado mucho tiempo desde que los “yoes” entraron en mi vida, y mucha agua a pasado bajo el puente.

Hay que tener paciencia, darse el tiempo, ocuparse y el resto, el resto es por añadidura.

De que trata "livianamente" El Cuarto Camino

Cada uno de nosotros tiene una sensación de sí mismo, una forma de sentirse "yo soy" fulano de tal. Esta sensación de nosotros tiene lados visibles y otros que tratamos de mantener ocultos por vergüenza, "qué dirán", etc. Generalmente lo que tenemos oculto, "lo bueno y lo malo" lo llamamos la "interioridad", lo que "somos" en el fondo. En realidad, estamos bastante equivocados al pensar de esta manera porque estamos hablando de los lados de nuestro "pequeño yo", no de nuestra verdadera interioridad. Esta es una complejidad de elementos, donde uno ellos es lo que "sentimos como yo soy". Nosotros somos mucho más que el "yo" de turno que habla a través de nosotros o el "yo" de turno que nos "hace" comportarnos de determinada manera por el cual el resto de nuestra interioridad tiene que pagar las consecuencias.
El desarrollo y crecimiento de la parte oculta del ego, es una ínfima parte de lo que debería llamarse crecimiento personal, aunque generalmente llamamos de esta manera a nuestra interioridad. Por ejemplo, decir que se ha hecho un crecimiento personal íntegro cuando se pudo modificar la adicción a algún vicio o porque ya no se trata de determinada manera a la pareja, es meramente un error. Un crecimiento personal desde lo verdadero no afecta solamente a nuestro lado conocido, a nuestra sensación de "yo soy". El crecimiento personal desde el Cuarto Camino, afectará a toda la economía interior. Por ejemplo, si se hace un cambio afectivo verdadero no solo afectará la relación con determinada persona, sino que también se verá reflejado en otros ámbitos que aparentemente no tiene conexión entre sí. Nadie puede crecer interiormente y seguir siendo la misma persona. Tendremos el mismo número de documento de identidad, el mismo color de ojos, pero no seremos los mismos, algo habrá hecho "click" o "crash".
A diferencia de lo terapéutico del crecimiento personal que conocemos en la vida mecánica, uno logra una trascendencia de sí mismo, un ir "más allá" del sentimiento de "yo soy" cuando las cosas se hacen concientemente y no meramente por una mejora para "ser aceptado". Cambiar una forma de expresarse para ser querido o aceptado no significa crecer interiormente por más esfuerzo que hayamos puesto en la tarea. El verdadero "Crecimiento Interior" no busca la realización en la vida cotidiana pero sí se ve reflejado como efecto colateral secundario en ella. La trascendencia interior no solamente da sus frutos en la espiritualidad, por llamarlo de alguna manera, sino que se ve reflejado en el cotidiano vivir, sin tener como meta principal mejorar en el comportamiento externo. Dicho en otros términos, si uno hace cambios bajo las condiciones que crea una Escuela de crecimiento personal, en este caso el Cuarto Camino, el "yo soy" se verá superado por ser una ínfima parte de la totalidad anímica. En términos económicos, es mejor inversión cambiar interiormente de una forma íntegra que tener que lidiar o luchar con "el yo soy" para sentirnos mejor, no solo con nosotros sino con el entorno.
Seamos objetivos, la vida nos lleva a cambios profundos, pero estos son tan escasos que prácticamente morimos siendo las mismas personas. Ni hablar que generalmente cambiamos cuando es ya demasiado tarde o estamos al límite.
En una Escuela de Cuarto Camino uno aprende a trascenderse mas allá del "yo soy", de esta manera no se llega tarde al cambio, nos preparamos para el cambio, sin sufrir las consecuencias. Está de más decir que no se busca lo terapéutico, pero lo terapéutico es el efecto colateral secundario de que las cosas se están "haciendo bien".
Esta preparación para el crecimiento personal es una segunda educación, nuestra educación, nuestra formación espiritual, que no es necesaria para llevar una vida ordinaria. Es para los que "sienten" que debe haber otra cosa, algo "más allá" de lo que la cultura nos puede dar.
Claudio A. Moraga Flores